Luego de la llegada de un título como Horizon Zero Dawn a PC, era difícil no imaginar a God of War en la tienda de Steam y Epic Games Store. Pero aquí estamos, ante una de las propuestas más sólidas que nos ha dejado la pasada generación de consolas, con una versión que cuenta con todos los contenidos lanzados y suficientes configuraciones gráficas. ¿Qué tal resulta este viaje en compañía de Kratos y Atreus?
Han pasado ya muchos años desde el nacimiento de la saga God of War, y sin embargo, esta aún cuenta con una gran legión de fanáticos. Más increíble aún fue el ver la alegría de estos por el hecho de que la ultima aventura de Kratos llegase a una nueva plataforma fuera del ecosistema PlayStation. Querido lector, si estas entre aquellos que disfrutó de estos juegos durante su época en consolas, y quedaste fuera de su última entrega, estas de suerte ya que tienes muy cerca uno de los mejores lanzamientos que Sony Interactive Entertainment nos dejó.
Una historia más íntima
Lejos ha quedado Grecia, y en esta ocasión la historia de Kratos comienza en las heladas tierras de Midgard, luego de la muerte de su esposa. Nos toca entonces cumplir una última promesa, la cual es llevar sus cenizas a la montaña más alta de los reinos, pero no lo haremos solos, ya que nos acompañara el hijo de ambos, Atreus. A diferencia de las pasadas entregas, no nos encontramos con un guerrero consumido por la ira y sed de venganza, sino que acompañamos a un padre que mantiene las distancias con su hijo y no sabe cómo tratar con este. Para poder cumplir con este objetivo nos enfrentaremos a una plétora de nuevos enemigos, los cuales deambulan por estas tierras y algunos de ellos intentarán impedir que alcancemos nuestro objetivo, dándonos caza por razones que resultan desconocidas.
A nivel narrativo, esto se traduce en una aventura que contará con muchas líneas de diálogo para dar lugar a un buen desarrollo tanto de personajes como de una relación tan delicada como puede ser la de padre e hijo. Durante las horas que dura la aventura principal (unas 20 si ignoramos todo contenido secundario), nos iremos encontrando con personajes que ayudarán a este dúo mientras recorren la traicionera región y facilitarán el camino hacia nuestro destino final. Desde una bruja ermitaña que habita en el bosque, hasta los hermanos herreros enanos (un clásico) Brock y Sindri. Todos ellos también cuentan con sus propias historias y problemas de los cuales iremos participando, ya sea mediante misiones o diálogos a medida que avancemos. Y al final no puedo evitar mencionar como todo parece rondar la misma temática : la familia, el pasado y lo difícil que pueden ser estas relaciones. Aunque claro, esto no deja de ser God of War, por lo que toca hablar de su apartado jugable.
La ira de esparta
Seré honesto con todos ustedes : a pesar de haber jugado y re jugado las anteriores entregas de la saga, el combate me resultaba muy simple y de a ratos, aburrido. Cuadrado cuadrado triángulo. A más de uno seguro se le viene a la mente el remate con las espadas del caos, y aunque era algo vistoso, 10 horas de realizar el mismo combo se volvía tedioso. ¿Qué había más armas y poderes? Cierto, pero no existía la necesidad de utilizarlos mas allá de la dificultad normal de cada juego. En esta ocasión se abandona el formato hack and slash en favor de un combate más pausado, no así menos visceral.
Decimos adiós a las espadas del caos para dar lugar al hacha Leviatán; un arma más pesada con nuevas posibilidades, como arrojarla a los enemigos y congelarlos en el lugar o utilizar increíbles poderes grabados en runas (como explosiones de hielo o invocar una tormenta). Los enemigos también se presentan en diversos grupos y con suficiente variedad entre ellos, lo cual nos obligará a detenernos un momento antes de siquiera pensar en lanzarnos al combate. Contaremos además con un escudo para realizar un parry y detener proyectiles enemigos o desestabilizarlos y contraatacar. El combate con puños limpios está presente y debo reconocer que se ve y se siente espectacular, más si es utilizado durante la ira espartana, esta manifestación de nuestro poder divino que nos vuelve una máquina de matar.
Retomando la cuestión sobre los enemigos, permítanme dar un escueto y sencillo ejemplo de lo que pueden esperar a la hora de enfrentarse a las criaturas que deambulan por Midgar. Los Draugr, guerreros caídos que se niegan a dejar el plano de los vivos, luchan con un arma y aunque no suponen un peligro por si solos, si se agrupan pueden presentar una amenaza. Luego están aquellos que utilizan dos armas, encadenando rápidos ataques consecutivos y que castigarán al jugador que se lance sin pausas. ¿Qué no es suficiente? De acuerdo, entonces que tal combinar estos combatientes con Draugrs que lanzan bolas de fuego. ¿Y que utilicen escudos? ¿Escudos, armadura pesada y mucha más vida? Con un solo tipo de criatura y sus variantes ya se nos desafía a encarar cada combate con calma y obligándonos a analizar a todos los enemigos que tengamos en frente.
Contamos también con la presencia de unos jefes que nos harán utilizar todas nuestras habilidades y pondrán a prueba la experiencia obtenida en combate. Si bien el largo desarrollo de esta producción no permitió una variedad de peleas finales como si tuvimos en otros años, las secuencias mostradas y el despliegue visual compensan de sobra este asunto. Tampoco faltarán mini jefes que nos hagan tensar el control frente a la pantalla (¿alguien dijo dos jefes a la vez?).
Realmente no puedo poner en palabras todo lo que ofrece esta entrega en cuanto a enemigos y dificultad (y no me hagan hablar de la dificultad «Give me God of War»), por lo que haré una última mención relacionada al combate y es la presencia de Atreus. El «niño» fue entrenado por su madre en el uso del arco y esto se traduce en un compañero de combate que ocupa el lugar de un soporte. Como jugadores, podemos ordenarle que dispare hasta 3 flechas (la cantidad puede aumentar con mejoras) a los enemigos y más adelante podemos hacer uso de invocaciones rúnicas, tales como lobos espectrales que recorren el campo de batalla o una bandada de pájaros que caen en picado. De forma pasiva, Atreus atacará a enemigos por su cuenta, podrá detener a otros ahorcándolos con su arco o incluso advertirnos de contrincantes que ataquen a distancia.
Explorando el reino
El reino de Midgard se presenta como un mapa «abierto» aunque iremos progresando de a poco. La aventura nos irá guiando por distintas zonas y lentamente se nos abrirán nuevos caminos, muchos de ellos opcionales, para explorar y obtener nuevo equipamiento. Esta nueva entrega presenta un pequeño apartado rolero, ya que iremos consiguiendo plata, mineral que será usado como moneda, experiencia para obtener nuevas habilidades de combate, y materiales de fabricación para crear armadura y accesorios. También podremos comprar y mejorar equipamiento para Atreus y por si no fuese suficiente, todas las misiones secundarias nos suelen recompensar con nuevos planos de fabricación, runas o talismanes, por lo que debo reconocer que la exploración esta justificada y bien recompensada.
Si debo mencionar un apartado negativo con respecto a la navegación del mapa o de sus escenarios, es que en algunas ocasiones el ritmo se ve mermado al encontrarnos con cofres sellados. Estos suelen contener mejoras de vida o furia, y para abrirlos debemos encontrar runas ocultas en la zona donde nos encontremos. Me gustaría hablar largo y tendido sobre el mundo que nos toca recorrer, pero realmente quiero que sean ustedes los que descubran y se sorprendan con la variedad de zonas a visitar. Y hablando de sorpresas….
Una excelente adaptación técnica
Por último, tengo que recordarles que el análisis llevado a cabo fue en la versión de PC y debo reconocer que empecé mi aventura con algo de miedo. No sería la primera vez que un juego de consolas adaptado llega con un rendimiento pobre a nuestras computadoras, pero ni eso puede detener el avance de Kratos por nuestra biblioteca.
Estamos ante un producto técnicamente esplendido, ya daba cuenta de esto el producto lanzado en PlayStation 4, pero poder correr esta versión en calidad global «ALTA» a 60 cuadros por segundo me dejó más que satisfecho. El equipo utilizado cuenta con un procesador Ryzen 7 3800XT, una placa de video GeForce 1070 y 16 GB de RAM. Las especificaciones informaban que esto era suficiente para una experiencia de juego solida, y así fue. Como dato curioso, también ejecuté parte de mi aventura a resolución 1440p a un promedio de 45 cuadros por segundo, y finalmente, con calidad global «ULTRA» a 1080p y 35-40 cuadros. Estamos ante un buen trabajo de optimización si me permiten decirlo. Dato no menor, fue el haber vivido exactamente 5 cierres de la aplicación, pero teniendo en cuenta que ni siquiera existe el parche de día 1, estoy seguro de que esto no persistirá una vez llegue la fecha de lanzamiento oficial.
Conclusiones de God of War (PC)
Este es un análisis que intenta ser lo más objetivo posible, pero no puedo evitar sentir que estamos ante la entrega del fantasma de Esparta más fácil de recomendar. No importa si estas entre los millones de fanáticos de Kratos o si es tu primer contacto con la saga, ante ti se encuentra una aventura con buen combate, una narrativa que se sigue con interés, exploración y desafíos que saben recompensar tu tiempo y momentos realmente épicos que te dejaran con la necesidad de continuar unos minutos más.
La llegada a Steam y Epic abre las puertas para nuevos jugadores y, quien dice, quizá de su éxito (en mí opinión asegurado), se desprenda el lanzamiento de la trilogía original. Estimados lectores, si en su momento no contaron con el medio para disfrutar este título, no duden en lanzarse a él ya que las horas de diversión, asombro y emoción están garantizadas.
