Categorías
Tecnologia

Opinión: El 4K en consolas y sus consecuencias

Volvemos con un nuevo análisis de la semana. Hoy nos toca de hablar del 4K en la consolas de nueva generación, un tema que no esta exento de polémica y que parece ser el el ojo de la tormenta por el cual llevan una larga disputa Microsoft y Sony.

Como si se tratara de una demostración de poder, la nueva generación de consolas pareciera que sólo estuviera enfocada a suplir un objetivo en específico: los 4K a 60 FPS. Es extraño pensar cuando esto se convirtió en una prioridad, dejando de lado otros temas centrales igual de importantes, y que finalmente también hubieran afectado el acabado final de los juegos de una forma mucho más positiva. Lamentablemente aún no contamos con hardware lo suficiente potente para correr juegos en 4K de forma nativa, y a una tasa de refresco lo suficientemente fluida para que no arruine la experiencia de juego. Por lo que el 4K en vez de una virtud en las nuevas consolas comienza a actuar de forma opuesta como un limitante.

Mejores gráficos a menor resolución

Suena contraproducente ya que todos sabemos que obtenemos una mejora en la calidad gráfica a mayores resoluciones. Pero también se requiere de gran potencia bruta para renderizar a tan altas resoluciones. Es por ello que con hardware tan potente como el que portan PS5 y Xbox Series X aún así tenemos grandes dificultades para mover juegos exclusivos como Spider-Man: Miles Morales y The Medium en el caso de PS5 y Xbox Series X respectivamente.

Es por este mismo motivo que en los eventos desarrollados por estas dos compañías no observamos juegos que presentarán un impacto importante a nivel visual con respecto a lo que estamos acostumbrados a ver en la actual generación. Al requerir tanta potencia, el 4K deja poco margen a las consolas para añadir mejoras en el desarrollo de sus títulos. Después de todo, recordemos que 4K es cuatro veces Full HD, un porcentaje enorme de píxeles por renderizar.

Quizás una alternativa más acertada hubiera sido optar por los 1440p, una resolución superior al 1080p pero que no requiere de una gran potencia como el 4K. De esa manera los desarrolladores hubieran tenido un margen mayor para pulir otros apartados como las texturas, carga poligonal, filtros y otros aspectos de diseño e iluminación que hubieran pasado a primer plano. Con ello los resultados podrían ser superiores a los ya vistos, luego el escalado a 4K no tendría un impacto tan alto con las tecnologías actuales de redimensionamiento.

TV para Gaming

Otro dato a tener en cuenta es que no podremos hacer uso de cualquier TV para disfrutar esos 4K a 60 FPS. Primero, deberá contar como mínimo con la misma tasa de refresco para alcanzar esos 60 FPS, por lo que el uso de un conector HDMI 2.0 se vuelve obligatorio. Para aquellos juegos que ofrecen una mayor tasa de actualización como Ori and the Will of the Wisps que promete los 4K a 120 FPS, necesitaremos si o si una TV con HDMI 2.1 que acepte los 120 Hz, en el caso de que de no deseemos capar esos 120 fotogramas. Son pocos los modelos existentes con dichas bondades y con un precio prohibitivo para muchos.

DLSS: La esperanza en consolas

Recientemente Sony patentó una tecnología de reconstrucción de imágenes muy similar a lo que conocemos como DLSS 2.0. La tecnología propietaria de Nvidia que permite el reescalado de imágenes a través de la inteligencia artificial con resultados tan buenos como si se tratase de la resolución nativa. Sumado a esto, Nintendo al tener contrato con Nvidia durante los próximos 20 años también harían uso de esta tecnología en una futura versión. Xbox por su parte, al estar respaldada por Microsoft cuenta con un gran músculo de desarrollo que volcaría sus esfuerzos en crear una tecnología similar con ciertas variantes. Esto supone una excelente noticia y con seguridad permitiría obtener ese plus de rendimiento que estarían necesitando las nuevas consolas. Por desgracia, no hay muchas novedades acerca de esto, así que se puede afirmar que se trata de herramientas que están en pleno desarrollo.

¿La unidad SSD impacta en el rendimiento en consolas?

Podemos decir que es una pregunta capciosa, si tiene su impacto en el tiempo carga de juegos y también puede en algunos casos concretos evitar lo que se conoce como popping, un defecto gráfico que se produce cuando una figura 3D cambia bruscamente su nivel de detalle o aparece de forma simultánea. Este tipo de defectos se ve con más frecuencia en juegos de carreras o mundos abiertos en donde el sistema no da abasto para cargar ciertas texturas en concreto. Sin embargo, esto suele estar más asociado a la capacidad y velocidad de frecuencias de la memoria RAM y no al almacenamiento interno en si. Por esa razón, la RAM del sistema al ser cada vez más rápida y en mayor capacidad evita que se observen estos defectos más a menudo.

En pleno 2020 si vemos necesario el agregado de este tipo de unidades en las nuevas consolas para que los tiempos de espera no sean muy largos, pero de ahí que permitan una mejora sustancial en el rendimiento de las consolas ya es algo completamente distinto.

Por suerte para todos, nos encontramos en una etapa en las que AMD y Nvidia están desarrollando tecnologías que permiten exprimir y optimizar al máximo el hardware que tenemos hoy, tales como RayTracing, Image Sharpening, DLSS, por mencionar solo algunas. Por lo que el resultado de los juegos de los próximos años pueden depender de que tan buenas son las herramientas de programación que están creando los desarrolladores y no deberíamos sentirnos tan afectados por la innecesaria idea de tener que correr todo en 4K.