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Análisis de Sifu

Una historia de venganza: un maestro devoto, un antiguo estudiante que regresa para derrotarlo, quitándole la vida a él y su familia; un solo sobreviviente, un hijo que años después va a regresar para tomar venganza. Un título que combina la dificultad que uno acostumbra a ver en los títulos del estilo Souls con un sistema de envejecimiento, apuntando a quedarse en la memoria de los jugadores que disfrutan de la búsqueda de retos por superar. Eso es Sifu.

Sifu está diseñado para llevar al jugador al límite de su habilidad y también de su paciencia. El protagonista está decidido a cobrar venganza y para ello tiene que conquistar cinco distritos de la ciudad, mientras recorre el camino que lo lleva a través de su cacería del asesino de su padre. Cada distrito está controlado por un jefe que es conocido por sus habilidades únicas, pasando por el responsable de fabricar las drogas en un taller para que después las el clan las venda, hasta el líder de una corporación que tiene su guarida en un vigilado edificio, ellos son los principales obstáculos que deben ser superados para llegar hasta el objetivo principal de su cruzada vengativa. Obviamente, cada uno de los distritos que deben ser recorridos están llenos de diferentes soldados que requerirán diferentes niveles de habilidad para ser eliminados.

Sifu: un combate exigente donde cada movimiento cuenta

En Sifu, el combate se presenta sencillo de aprender al principio, con la mezcla habitual de ataques rápidos y ataques pesados, un bloqueo que también sirve para contraatacar y un ataque especial que puede ser utilizado para despachar a los enemigos. Además, también existe una barra resistencia: en el caso de la nuestra, deberemos vigilar que no se complete, mientras que deberemos hacer lo necesario para llenar la de nuestros rivales, abriendo una brecha en su constitución (muy parecida a la “postura” de Sekiro); una vez que este medidor llega a su límite, es posible realizar un remate que facilita eliminar al objetivo. Aunque cuatro botones son suficientes para crear el camino a la victoria, Sifu presenta un gran abanico de ataques combinados que se cuentan por varias decenas. A lo anterior, se suma la posibilidad de ralentizar el tiempo con un botón para seleccionar lugares específicos del cuerpo de los rivales donde se desea concentrar los ataques.

En muchos aspectos, este título es un juego en el que uno de los aspectos más importantes es el de saber el momento justo cuando se debe atacar y cuándo esquivar o bloquear. Desviar los ataques de los contrincantes o bloquear en el momento preciso con un “parry” es el boleto para tener la oportunidad de atacar de forma efectiva. Los enemigos no siempre adelantan cuáles serán sus próximos movimientos, por lo que prestar atención es clave para progresar en los enfrentamientos. En los momentos en los que no sea posible evitar ser rodeado, retroceder para crear espacio y tomar una posición más ventajosa es algo vital. 

En cada nivel se pueden encontrar objetos utilizables como armas de los cuales sacar provecho, pero esto no está limitado al protagonista, ya que los enemigos también pueden tomarlas y una horda de enemigos armados es una autopista hacia una muerte prácticamente inevitable. Es necesario jugar pacientemente, buscar oportunidades para atacar y saber utilizar el escenario como una ventaja, aunque aún teniendo todo esto en mente, la muerte va a ser algo bastante corriente. Pero caer derrotado, es lo que presenta la mecánica más representativa del juego.

Luchar, Morir, Regresar

Cada vez que el personaje muere, revive inmediatamente, un poco más viejo y un poco más sabio, gracias a un amuleto que porta consigo. El regreso es inmediato, no hay tiempo intermedio, es el mismo lugar y los enemigos continúan ahí y el tiempo no pasa para ellos, es el protagonista el que regresa con más años encima. El giro está en que envejece cada vez que es derrotado y la cantidad de años que se suman está directamente atada a la cantidad de veces que ha muerto. 

Al principio del juego, la edad del protagonista es de 20 años, si muere, vuelve con 21 años; si muere una segunda vez, regresa con 22, ya que al ser su segunda muerte, se suman dos años, uno por cada derrota. Esta mecánica hace que si no se tiene un control eficaz, los años empiecen a acumularse demasiado, con la posibilidad de que de pronto el jugador se encuentre con carga con más de sesenta años a la espalda y con el descanso eterno a la vuelta de la esquina. El lado bueno es que con cada regreso, el protagonista se vuelve un poco más fuerte; sin embargo, el precio es que con el avance de la edad, la barra de vida se vuelve más corta.

Es posible morir y regresar siempre y cuando se tengan monedas en el amuleto, monedas que se rompen eventualmente, cada vez que pasa una década; una vez que el amuleto se queda sin monedas, se debe volver a empezar: de vuelta a los 20 años, de vuelta al principio. Aquí es donde entra la mecánica de roguelite de Sifu: utilizando experiencia, es posible comprar habilidades que se vuelven permanentes si es que son compradas cinco veces en el transcurso de un ciclo del amuleto. Cuando se logra esto, la habilidad aprendida se vuelve permanente más allá del reinicio de la partida, lo que se convierte en el sistema interno de “grindeo” de habilidades, que aunque es demandante, hace que se sienta gratificante. Respecto al árbol de habilidades, se representa mediante literalmente un árbol, plantado en el mismo lugar donde murió el padre del protagonista.

El golpe más duro de Sifu

Recién se mencionó que al terminarse las monedas del amuleto, la muerte es permanente, regresando a los 20 años. Al comenzar una nueva partida, el jugador va a notar que si en su “run” anterior logró superar el primer distrito, desbloqueando el segundo, la nueva área sigue ahí, accesible… y es cuando el mayor balde de agua fría golpea: haber desbloqueado una nueva área la hace accesible para una nueva partida, sí; pero si se selecciona comenzar desde ese punto, se revela el aspecto más duro del juego para con el jugador, porque se inicia con la misma edad con la que se llegó la primera vez.

Esto vuelve especialmente exigente al juego, ya que para tener una oportunidad de ganar el juego, hay que pasar por todos los distritos, eliminando a todos los rivales menores, minijefes y los cinco jefes principales en UN ciclo del amuleto. Sin duda, un reto que busca poner a prueba toda la capacidad de aprendizaje y habilidad del jugador.

Apariencia y Conclusión

Visualmente, el juego presenta en su modelado tridimensional una combinación de cel-shading y acuarelas, lo que le otorga una apariencia bastante caricaturesca, pero que funciona para el juego. En cuanto al sonido, las pistas de audio fusionan una música electrónica de ritmo acelerado con tonos tradicionales orientales, que brindan una buena ambientación de batalla que acompaña muy bien los tensos combates a los que se debe hacer frente.

Además del combate, existen muchos otros aspectos para explorar en el juego, como por ejemplo, unos ídolos coleccionables, así como diferentes atajos que posibilitan llegar más rápido a los objetivos, para crear una experiencia que todos los que prueben Sifu van a disfrutar. Es un título muy recomendable para todos los jugadores que disfruten de los juegos de combate y que busquen probarse a sí mismos, una experiencia de que plantea un reto que castiga los errores, pero que brinda una de las mayores recompensas a través de la sensación de poder que se siente cada vez que un jefe termina en el piso.

Requerimientos del Sistema de Sifu

Sifu está disponible desde hoy, 8 de febrero de 2022 para consolas PlayStation 4, PlayStation 5 y PC a través de Epic Games Store. Los jugadores que quieran disfrutar del título en ordenadores, deben cumplir los siguientes requerimientos del sistema:

  • Mínimos
  • Sistema operativo: Windows 8.1
  • Procesador: AMD FX-4350 o Intel Core i5-3470 o equivalente
  • Memoria: 8 GB de RAM
  • Almacenamiento: 22 GB
  • Gráficos: Radeon R7 250 o GeForce GT 640 o equivalente
  • Recomendados
  • Sistema operativo: Windows 10
  • Procesador: AMD FX-9590 o Intel Core i7-6700K o equivalente
  • Memoria: 10 GB de RAM
  • Almacenamiento: 22 GB
  • Gráficos: GeForce GTX 970 o Radeon R9 390X o equivalente
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