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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep final «Full Circle»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

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Episodio final: Full Circle

Y finalmente llegamos al final del camino de Lovecraft Country. Un camino truculento por momentos, pero muy entretenido en general. Terminó el camino de 10 episodios que nos plantearon Jordan Peele y J. J. Abrams como productores ejecutivos y Misha Green como showrunner.

En este último episodio, final de temporada, titulado Full Circle, definitivamente se termina de cerrar todo lo que quedó abierto. Primero, tenemos el cierre del arco argumental de nuestro héroe, Atticus. Tic tiene que enfrentar su destino como heredero de sangre de Titus: si bien su sacrificio iba a ser en beneficio de Christina, finalmente termina siendo benefactor para el triunfo de la fuerza protagonista. Una vez que Leti y Tic abren el Libro de Nombres, se comunican con Hanna y la madre de Tic por un lado, y la bisabuela de Tic por otro. Ambos protagonistas se conectarán con las antepasados mujeres de Atticus que los ayudarán a resolver la maldición de Diana y los invitarán a enfrentar el destino que los acontece a ambos: el sacrificio de Atticus. Hanna remarca en ese viaje, que tras su sacrificio todo a su alrededor cambiará, será un nuevo comienzo. Esto, aunque aterra al protagonista, le da fuerzas y junto a Letitia  emprenderán el camino final.

Atticus también recurre a la ayuda de Ji-Ah. Hasta la mitad del episodio parece que ese personaje solo iba a aparecer en los capítulos que le dedicaron y quedaría allí. Pero afortunadamente, Atticus necesita la mayor cantidad de ayuda posible para vencer a Christina y resulta que Ji-Ah está disponible. Por su parte, Leti intenta convencer a Ruby de que colabore para crear el hechizo de amarre hacia Christina. Al principio la respuesta es negativa: recordemos que si bien están empezándose a llevar bien, en general la relación es áspera. Luego, Ruby acude sorpresivamente al encuentro de los protagonistas al momento de partir a Ardham y le entrega, para tranquilidad de Leti, lo que necesitan para vencer a Christina. Sin embargo, hasta más adelante en el episodio no se enteran que Christina los descubrió, mató a Ruby y tomó su cuerpo para engañarlos y así cumplir su propio cometido.

La trama de Christina y Ruby, así, también termina en tragedia, ya que no mucho tiempo antes, finalmente ambas sellaron su deseo hacia la otra concluyéndolo en un beso, una trama interesante que siguió el romance al principio de William y Ruby hasta que esta última descubrió que William nunca fue verdaderamente William y luego continuó reforzando las tensiones románticas entre Christina  y Ruby. Ambas finalmente concluyen su amor, pero por desgracia, Christina mata  a Ruby: aunque no lo vemos, no nos queda otra alternativa que creer que lo que sucedió fue real.

Llegando al final, todo parece que terminará en desgracia con el triunfo de Christina sobre los protagonistas, de hecho ella logra ser inmortal por unos minutos. Hasta que Ji-Ah acude al rescate y, utilizando su forma, une los cuerpos de Christina, Atticus (que se dejó morir una vez que vio a Letitia por última vez) y Montrose y logra vencerla, a pesar de que Christina ya es inmortal. Sólo bastó el remate de Dee al final del episodio, pero antes, en vistas del triunfo y tras la muerte de Atticus, Letitia le deja un último mensaje a Christina, la mujer que acaba de arrebatarle a su amado: “la magia nos pertenece”. A partir del momento en que conjuraron a Christina, los blancos ya no pueden acceder a la magia. Así, no solo triunfa la fuerza protagonista (a pesar de la pérdida de Atticus), sino que también triunfa la raza negra por sobre la blanca, un conflicto latente desde el primer episodio.

La serie en retrospectiva

Éste fue el último episodio de la primera temporada. HBO no indicó que hubiera una continuación, de hecho, el cierre de tramas es perfecto: todo cuadra perfectamente, no se deja nada a libre interpretación o abierto, por lo que podemos suponer que no habrá nuevas entregas, la historia finaliza acá.

El comienzo de la serie nos planteó un personaje que respondía a las características de héroe. Durante toda la temporada vimos el camino del héroe representado en la figura de Atticus, quien se rodeó totalmente de mentores y gente que lo ayudo a crecer y vencer lo necesario para salvar a sus seres queridos. Narrativamente, esto es lo primero que notamos. Pero también hubo algunos pasos en falso y lagunas en relación al guion. Fuimos comentando capítulo a capítulo lo endeble que resultaba su estructura: a cada rato se caía por movimientos narrativos mínimos que hacían que una estructura, que a simple vista parecía fuerte, se derrumbara de a poco hasta que se volvía a formar. Ya llegando al último episodio el esqueleto se pudo ver más claramente y todo fue un poco más coherente.

La metodología general de la serie fue siempre la misma: en cada episodio los protagonistas tuvieron que enfrentarse con nuevos desafíos, siempre vinculados a la trama de base que contenía a  Titus, la logia, Christina y el racismo. Aunque poco tuvo de criaturas lovecraftianas, sí pudimos ver la clara influencia de sus temáticas en relación a lo mágico y lo demoníaco que preponderó en la serie en general (aunque nos deben a Cthulhu). Atticus en un momento dado de este último episodio repasa en un diálogo todo por lo que tuvieron que atravesar: monstruos, fantasmas, la búsqueda de un tesoro mágico, hechizos, pasado y futuro. Y todo esto entremezclado con el racismo que fue una crítica siempre latente en la serie desde el comienzo.

Esa crítica también cierra con el resto de las tramas. Desde el primer episodio, los creadores nos ubican en el Estados Unidos racista de los años ’50, poblando toda la trama de sucesos reales como el asesinato de Emmett Till y el “estado de la noche blanca” representado en el primer episodio y de sucesos ficticios muy escalofriantes, como la necesidad de Ruby de ser blanca para poder trabajar, en los cuales se retrata a la perfección el inconveniente más grande que tiene USA en su archivo y que todavía prevalece en la actualidad: la discriminación de las personas por su color de piel. Esta crítica culmina en el maravilloso diálogo final de Leti.

El racismo no fue la única crítica que dejaron entrever. También le dieron un espacio especialmente fuerte a la fuerza femenina. Todos los personajes que realmente ayudaron a Atticus en su camino fueron mujeres: Leti, Ji-Ah, Hippolyta, Hanna, su madre, su bisabuela y hasta Diana. El único hombre que hubiera podido suplantar a una de estas mujeres era George, que murió en el segundo episodio. Por su parte, Montrose no pudo hacer mucho por su hijo, donde sí pudieron hacer ese grupo de mujeres que tomaron el mando y acompañaron a Atticus hasta el final. La fuerza antagonista también fue comandada por una mujer que resalta la desigualdad de género incluso en la raza blanca: Christina. No faltaron sus diálogos en algunos episodios haciendo alusión directa a que ninguno de los hombres que ocupó la logia logró lo que ella pudo lograr, la inmortalidad. Y es un camino que, con ayuda del cuerpo de William y la fidelidad de Ruby, pudo realizar casi sin inconvenientes. Entonces resaltamos que, si bien el protagonista es un hombre, todo su grupo de apoyo se conforma por mujeres decididas e incluso más fuertes que él mismo, mientras que la fuerza antagonista es una única mujer que se apoya en la magia para conseguir su cometido. Acá vemos claramente la huella de Misha Green mezclada con la de Jordan Peele. Este grupo de mujeres será incluso más protagonista que el mismo Atticus, que lo único que representa es el sacrificio per se, mientras que sus antepasados y Leti en el presente tuvieron que sacrificarse probablemente mucho más. Un grupo de mujeres caracterizado por la fuerza y la decisión que dejó una huella mucho más profunda en la historia que el mismo sacrificio de Atticus. Podemos entender a Tic, entonces, como un móvil para que estas mujeres completen el círculo empezado por Hanna y terminado, efectivamente, por Letitia, Hippolyta, Ji-Ah y Dee.

Así termina el camino por esta primera (y esperemos única) temporada de la serie Lovecraft Country, basada en el libro homónimo de Matt Ruff, producida por Jordan Peele, J. J. Abrams y Misha Green en el lugar de showrunner. Una serie interesante, aunque un poco desorganizada y atrapante por varios momentos, que pregona muchos valores y critica ciertas tradiciones nefastas. Esperamos que este recorrido capítulo a capítulo les haya gustado y también haya colaborado en el entendimiento de algunos aspectos más triviales pero a la vez interesantes de esta serie de HBO.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 9 «Rewind 1921»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

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Qué nos trae el anteúltimo episodio de Lovecraft Country: Rewind 1921

En concordancia con el Día de la Diversidad Cultural (antes llamado Día de la Raza), Lovecraft Country nos trae un noveno capítulo bastante fuerte. En este anteúltimo episodio, titulado Rewind 1921, el centro de la acción está en intentar rescatar a Dee de la maldición en la que la sometió el capitán Lancaster en el capítulo anterior. Al ser algo de urgencia, todo el capítulo estará basado en la búsqueda de la salvación. Pero interesantemente, en este camino se cerrarán ideas de otras tramas y algunos detalles harán presencia.

Como es una materia que no pueden manejar, los protagonistas deciden pedirle ayuda a Christina, a pesar de la enemistad que varios de ellos acarrean contra ella. Christina los asesora y les dice que puede intentar salvarla, pero para eso necesita la sangre del familiar más cercano y el dichoso “Libro de Nombres”. A cambio de esa ayuda solicita que Atticus vaya voluntariamente a Ardham para el equinoccio de otoño, donde todos saben que puede morir. Esta situación corroe un poco la relación de Ruby con Christina, ya que la primera se siente engañada y utilizada. El pedido de Christina responde al deseo de inmortalidad que persiguió el personaje durante toda la temporada. En la charla que tiene con Ruby, le asegura que Letitia no va a salir lastimada, pero que necesita toda la sangre de Tic para conseguir su objetivo. Este último viaje del personaje, presuponemos, lo realizarán en el último episodio.

En cuanto al rescate de Dee, para la sangre del familiar aparece en la casa como por arte de magia Hippolyta, ya desaparecida todo el episodio anterior y para lo segundo, el “Libro de Nombres” será ella quien tendrá la clave. Antes de su llegada, Montrose finalmente le comunica a Tic sobre la posibilidad de que George sea su padre y no él, una trama que nos mantuvo en vilo bastante desde los primeros episodios se “resuelve” en una situación desesperada y como arrancando una curita de golpe. Tic le confiesa que siempre deseó que George fuera su padre y la distancia entre Montrose y Atticus se vuelve más fuerte, en especial la desilusión de Montrose.

Cuando llega Hippolyta, rápidamente deciden viajar a  Tulsa en 1921 utilizando la máquina de multiversos (curiosamente este término ya ingresó en los productos de la cultura pop que acostumbramos ver y no nos resuena en lo absoluto) por la que ella viajó. El destino espacio-temporal elegido tiene que ver con un hecho bastante terrible y sombrío en la historia de los Estados Unidos. Los protagonistas viajarán a una de las masacres raciales más sangrientas y memorables de la historia del país. Se trata de un atentado en el que un grupo de blancos ingresa a un barrio de negros y asesina a 36 residentes del mismo, simplemente por ser de distinta “raza”. En este espantoso hecho morirán quemados en su propia casa todos los familiares de Dora, la madre de Atticus. Teóricamente, la última persona que cuidaba del “Libro de Nombres” era la abuela de Dora, así que deciden ir a buscarla para poder quedarse con el Libro.

Llegan al día durante la tarde, cuando aún nadie sabía nada de lo que iba a suceder, y con expresas instrucciones de Hippolyta: no pueden realizar acciones que cambien el futuro. Hippolyta se convierte en una “tarjeta madre” para poder encender la máquina y abrir un portal hacia ese tiempo, en esa tierra, en ese lugar. Montrose se ve claramente movilizado por la situación, ya que es un hecho que lo atravesó durante toda su vida desde una muy temprana edad. En este tiempo, vemos a un joven Montrose golpeado por su padre por sus presuntas preferencias sexuales. Montrose se encuentra en etapa de descubrimiento e identificación personal y los protagonistas pueden ver cómo la atraviesa. Si bien Montrose ya sabía sobre su sexualidad, estaba siendo reprimido por su padre, quien lo golpeaba al igual que luego él golpeará a Atticus, por ser “afeminado”. George, el más grande y la perla de la familia, también aparece en este episodio junto a Dora, la madre de Tic. Es clara la situación entre todos los personajes: George y Dora se ven jóvenes y enamorados, y Montrose, al principio solo, luego lo vemos con Thomas, su amigo de la infancia con quien, según entendemos, tuvo un primer acercamiento romántico. Además, entendemos varios de los temores y las trabas que tiene el Montrose adulto, víctima de una temprana represión hacia su identidad sexual, que luego cuando crece debe esconder hasta de su círculo más cercano. En esta masacre, Thomas es asesinado justo frente a sus ojos, lo que podría explicar en parte la dureza del personaje cuando es adulto, junto a los golpes que su padre le propiciaba por “no ser un hombre”. Todo este escenario lo vemos a través de la mirada inquisidora y curiosa de los protagonistas. Montrose adulto escapó de Leti y Tic para avisarle a Thomas que va a ser asesinado y así salvarlo, pero Tic llega a tiempo para convencerlo de que no lo haga, puramente por sus deseos individuales de existir. Sin embargo, Tic interviene como un “forajido misterioso” (en palabras de Montrose) para rescatar a Dora, George y Montrose niño de las manos sádicas del grupo de blancos que los ataca y que ya mató a Thomas. Este detalle es interesante ya que se une al primer episodio de la temporada, en el sueño que tiene llegando a Chicago en el autobús: Tic sueña con criaturas lovecraftianas, la guerra, una mujer extraterrestre representada por Ji-Ah y un bateador de béisbol que lo rescata de una bestia gigante le dice “I got you kid”. Tic interviene en la pelea con la misma intención y dice lo mismo, generando esta conexión.

Mientras, Leti está en la casa de Dora tratando de convencer a su abuela de que le facilite el “Libro de Nombres” e intentando con todas sus fuerzas no alertar a la familia de la tragedia que va a suceder. Leti sabe que van a morir en la casa incendiada, pero no puede hacer nada por eso por las instrucciones de Hippolyta. En esa casa se condensan todas las representaciones de la gran masacre de ese día. La abuela de Dora muere quemada viva de la mano de Letitia, mientras que ésta sobrevive por la invulnerabilidad que le proporcionó Christina en el episodio anterior.

Cuando Leti empieza a volver al portal, Montrose desde la ventana de la habitación mira el desastre a su alrededor sumido en llanto por revivir el hecho traumático y no poder hacer nada por detenerlo. Montrose empieza a nombrar todos los muertos que recuerda de su comunidad, de su barrio. En una secuencia audiovisual en la cual el llanto y la voz de Montrose y la caminata de una Letitia indestructible a través del fuego  generan una simbiosis perfecta para representar y de algún modo homenajear (y sin dudas nunca olvidar) la trágica masacre de Tulsa en 1921. Podríamos considerar este episodio, en el marco del día anterior al Día de la Diversidad Cultural, como un homenaje y una crítica al Estados Unidos racista y retrógrado que lamentablemente aún sigue siendo. Con Jordan Peele en la producción ejecutiva no faltaron los episodios con críticas al racismo, especialmente en un contexto en el cual el racismo estuvo vigente de manera tan intensa y terrible. Y Rewind 1921 fue un ejemplo perfecto de los principios ideológicos de Peele, ya claramente expuestos en sus dos largometrajes, Get Out! y Us (ambas ALTAMENTE recomendadas, películas magníficas).

Con este episodio tan profundo y triste, los creadores nos invitan a reflexionar sobre lo humano, la violencia en general y la racial en particular y las relaciones. Y esa reflexión sobre la masacre de 1921, hecho que se puede trasladar tranquilamente a la actualidad, nos permite darnos cuenta de todo lo mal que aún hacemos como sociedad y la distancia que hay entre nuestras decisiones y el cambio verdadero. En el Día de la Diversidad Cultural (que abarca no solo a los negros sino a todas las culturas, incluyendo las comunidades aborígenes en nuestro país y a lo largo de toda América Latina) no dejemos de pensar en que todos somos iguales y merecemos el respeto de ser humanos conviviendo en una misma sociedad. En este episodio no se trata solo el racismo, sino también la homofobia a través de Montrose, invitándonos a ampliar la reflexión a todos los órdenes culturales de la vida, desde una raza diferente hasta una preferencia sexual. Trabajemos para generar una armonía y que nadie tenga miedo de morir o ser agredido/agredida en una sociedad en donde todos somos iguales.

Nos volvemos a leer el próximo lunes en el último episodio de esta temporada de Lovecraft Country.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 8 «Jig-Ah-Bobo»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

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Los episodios de transición

Este domingo nos encontramos nuevamente con un episodio de transición. Al igual que el capítulo 4, este tipo de episodios funciona de manera transicional entre los núcleos más importantes de la historia: todas las series deberían tenerlos. Son necesarios para poder llegar con tranquilidad y organicidad a los puntos fuertes. Por lo general, son episodios (en el caso de las películas se trata de secuencias) en los que generalmente se dice que “no pasa nada”, porque están más abocados a hacer avanzar la trama principal y las subtramas correspondientes y que todo llegue a buen puerto en un futuro plot. Estos avances en general no constan de grandes hazañas o acciones puntuales, sino que son progresiones que intentan ser orgánicas por las razones ya mencionadas. En síntesis: son capítulos esenciales, popularmente de poco agrado por la “falta” de acción y fundamentales para el desarrollo orgánico de las tramas.

El episodio 8, Jig-Ah-Bobo, cumple con estas características que lo convierten inmediatamente en un episodio en el cual pasan pocas cosas pero bastante más organizadas que en los capítulos más nucleares. En lo personal, estos episodios resultaron, particularmente en esta serie, de mejor calidad narrativa que los episodios nucleares. Al principio podíamos ver cómo resultaba extraño el surgimiento repentino de tramas y conflictos. Poco a poco, todo eso se fue acomodando, aunque a veces se desorganizaba nuevamente, siempre encontró un rumbo interesante y más o menos nuclear. Aunque hasta ahora, la gran característica de Lovecraft Country, sin dudas, fue la desorganización e inestabilidad de la historia.

Más allá de ello, estamos llegando hacia el final de lo que sería la primera temporada. Por el momento no se vislumbra una continuación, así como tampoco un final propiamente dicho: es muy difícil suponer cómo terminará, ya que si bien hay una historia de base muy clara, la gran mayoría de los episodios fueron independientes en cuanto a subtramas refiere, aunque manteniendo el hilo principal bien enraizado a lo largo de los episodios.

Jig-Ah-Bobo de lleno

En este capítulo volvemos a tomar el racismo y la magia como situación principal de base: vemos a Ruby, Tic, Montrose, Leti y Diana en un día de muchísimo calor haciendo una fila de la cual poco entendemos al principio. Más tarde nos enteramos que se trata del funeral de un amigo de Dee: Emmett Till, un niño de 14 años que fue asesinado por la policía. Aunque esto no es explícito, tampoco resulta difícil adivinarlo, y cuando investigamos un poco descubrimos que el caso de Emmet Till fue real. En 1955 (solo que en Misisipi en lugar de Chicago), Emmett Till fue asesinado por la policía porque, según los testigos y la misma policía, “coqueteó con una mujer blanca”. El asesinato fue tan brutal, violento e injusto que movilizó a muchísima gente para pedir justicia y se presume que alrededor de cincuenta mil personas asistieron a su funeral, algo fielmente retratado en el episodio. A lo largo del capítulo, se hace alusión varias veces a este hecho, incluso es motivo de charla entre Christina y Ruby y será en Diana en quien veremos las consecuencias más inmediatas de este atroz acto de violencia.

Hablando de ellas, en este episodio transicional se continúa la trama de Ruby con Christina y la de Christina con su objetivo personal en cuanto a la logia y el capitán Lancaster. En este episodio profundizarán en esto, dejando un poco de lado la relación Tic-Leti para también profundizar en  su lugar la relación Tic-Montrose. Tic le cuenta a su padre que él también ingresó al portal de Titus, como Hippolyta en el episodio anterior, sólo que ambos fueron por caminos distintos: el portal le mostró a Tic el futuro. En él descubre que Letitia está embarazada, y que su hijo será de grande el escritor de la novela Lovecraft Country, en donde narrará la historia de la familia Freeman, con algunos cambios. Este libro ya apareció en el episodio anterior y resulta interesante que la portada sea similar a una de las ediciones del libro sobre el que se adapta la serie escrito por Matt Ruff.

En este episodio también vuelve Ji-Ah, el personaje sobre el que conocimos todo dos capítulos atrás. Primero la encuentra a Leti en la casa, pero luego no quedan dudas cuando llega Tic y encuentra un par de zapatos bien acomodados en la entrada de la casa. Es interesante el planteo porque de una manera u otra, con un episodio íntegramente dedicado a ella, era evidente que su arco argumental no podía terminar ahí, así como tampoco puede terminar ahora. Ji-Ah le revela a Tic y Leti el monstruo que es y queda claro que aún siente amor por Tic. Por su parte, Ji-Ah fue a Chicago claramente esperando encontrarse con otro panorama, uno en el que probablemente Letitia no existiera. Sin embargo la charla queda en esa mesa y no sabemos más de su paradero. A su vez, Atticus profundiza en sus orígenes mágicos y le pide a Christina que le enseñe a conjurar un hechizo a cambio de la llave del planetario. Tic lo intenta y Leti entiende que la bestia que los salvó de la policía al final es la consecuencia de sus poderes mágicos.

En cuanto a Diana, aún no sabemos nada sobre el paradero de Hippolyta, pero no sólo eso, sino que gracias al cómic que apareció en el lugar de la máquina de Titus, el capitán Lancaster la intercepta agresivamente en un callejón y la hechiza como “castigo” por no responder respecto al paradero de su madre. Las consecuencias del hechizo son dos niñas más o menos de su edad, muy diabólicas y manchadas de sangre que la persiguen constantemente. Las diablas hacen bailes y piruetas raras y tienen una sonrisa muy particular. Hasta ahora, es probablemente el único elemento terrorífico que genera terror de verdad. Podríamos decir que guardan cierta similitud con los personajes dobles de la obra de Jordan Peele Us, y también quizás con alguna de las pesadillas que perseguía a los niños de It de Andy Muschietti. En lo referente al género, creo que estos dos son los primeros personajes que lo retratan como algo más cercano a lo terrorífico, no solo por cómo se ven sino por el modo en que son representados y sus acciones.

Como dijimos, al ser un episodio de transición, no pasó “mucha cosa” más que continuar con las tramas y subtramas de maneras sutiles y progresivas que, podemos suponer, nos acercan al final de la historia. Quedan dos episodios para terminar este viaje sobre el racismo y la magia, veremos a donde convergen.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 7 «I Am.»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

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I Am.

Y cuando creíamos que todo venía viento en popa, remontando bastante bien, con progresiones dramáticas orgánicas y un muy buen anclaje de Ji-Ah en la historia, nos encontramos de frente con I Am. el séptimo episodio de la serie llevada a cabo por Misha Green, J. J. Abrams y Jordan Peele. Si viéramos un gráfico de la progresión dramática de esta serie, sin dudas la línea iría subiendo muy despacito por los primeros episodios, crecería rápida y linda en los episodios 5 y 6 y de golpe, caería estrepitosamente a la misma altura que los primeros episodios, o quizás más baja.

En este episodio hay muchas cosas que se dieron bien y continuaron orgánicamente la historia de los episodios anteriores. Pero, a mi modo de ver, hubo varios desaciertos a lo largo del capítulo. Repasemos:

El episodio empieza con Hippolyta, personaje a quien vimos por última vez en el 4to episodio, cuando junto a Dee decidieron acompañar a Leti, Montrose y Tic al museo de Titus. Las intenciones de cada grupo eran diferentes: recordemos que Hippolyta estaba interesada en resolver la muerte de George ya que no quería creer que había sido asesinado por un sheriff, aunque en esa época era muy común. En ese episodio que se parecía a Indiana Jones, cuya reseña pueden leer acá para simplificar este resumen, Leti, Tic y Montrose ingresaban a una cámara subterránea que los conducía junto a Yahima, un personaje que generó mucha intriga pero duró bastante poco. Yahima al final es asesinada por Montrose sin razón aparente (acción que todavía no se explicó y quedó completamente suelta de su arco argumental y, por ende, de los demás) y Leti y Tic tendrán que descifrar las páginas del Libro de los Nombres por sus propios medios. En ese entonces, Hippolyta decidió deliberadamente dirigirse a Ardham junto a Dee (una decisión básicamente basada en el mero instinto). En el quinto episodio fue un poco extraño que los demás personajes siguieran su vida sin preguntarse qué fue de Hippolyta y Dee, pero a veces pasa y lo dejamos pasar, no era un error para detenerse detalladamente. Además, suponíamos que iba a pasar más o menos esto: un episodio casi íntegramente sobre el viaje de Hippolyta.

Hippolyta ata cabos de manera un poco inexplicable y llega a la máquina extraña. Sabemos que es un personaje curioso, pero esa curiosidad bastante somera la hace conocedora de ciertos aspectos, como por ejemplo el cómo encender una máquina de tal calibre. Pero sin profundizar en este tema, cuando Atticus llega a ayudarla con los oficiales, es absorbida por la masa extraña que se creó a partir del funcionamiento de la máquina. Y ahí es cuando la serie desbarranca nuevamente. Ya sabemos que estamos viendo una serie particular, con monstruos, magia y fantasía por todos lados. Sin embargo resulta muy sorpresivo el giro de género que se da abruptamente: pasamos de una fantasía bien insertada en la trama a una especie de ciencia ficción. La magia sigue presente en la subtrama que protagoniza Atticus, y creemos que la de Hippolyta no va a ser la excepción, hasta que nos transportamos a un mundo muy Blade Runner. Allí el personaje tendrá un camino de redescubrimiento de sí misma: recorre  todos los mundos y momentos que quiere y que le son otorgados por esta especie de deidad. Finalmente podrá volver a donde ella quiera estar una vez que se haya identificado. La situación es así de confusa.

¿Por qué nos resuena tanto este cambio? Como dijimos antes, es una serie que está un tanto desordenada hoy en día. Si bien está basada en el libro homónimo de Matt Ruff (razón por la cual creemos que todo o casi todo lo que vemos está previamente organizado en un libro) ya mencionamos en otros episodios que la planificación de su trama en general carece de organicidad. Cuando parece que recupera cierto carácter orgánico, nuevamente se vuelve a caer, quizás por un uso excesivo de recursos o simplemente por no poder canalizar todas las tramas o conflictos en un episodio sin que parezca que están tirando mucha información en todas direcciones. Así es como, capítulo a capítulo, la serie se vuelve inestable: un domingo tenemos un gran gran episodio, como posiblemente lo fueron Strange Casey Meet me in Daegu, y luego tenemos episodios regulares a extraños, con fluctuaciones raras en el guion y demasiada información. Este, sin dudas, es uno de ellos.

¿Y los demás?

La trama no sólo contiene a este personaje: hay otros momentos que continúan las subtramas de los episodios anteriores. Por ejemplo, Ruby y Christina aclaran un par de cuestiones acerca de William y suponemos que ahora Ruby se involucra de lleno en la situación. A raíz de esto también entendemos que el encuentro inicial entre Ruby y William/Christina no fue fortuito, sino que fue planeado, al igual que todo lo que le pasó a Ruby.

Tic por su parte tiene sus propios problemas, ya que, atormentado por el mensaje de las páginas, se dirige a su padre  descubre que Montrose es gay, y no sólo eso, sino que su madre lo sabía. Este dato probablemente vuelva a sembrar la semilla sobre quién es el verdadero padre de Atticus: ya sabemos que George tuvo una historia con su madre, y ahora también sabemos que su madre sabía que Montrose era homosexual, por lo cual es cuestión de seguir atando cabos para descubrir que probablemente su padre sea George. Pero en lugar de seguir pensando en eso, se lanza a la búsqueda de más información sobre el origen de su madre. Leti soñó con Hannah escapando de la mansión  en llamas con un libro en la mano. Ambos suponen rápidamente que podría tratarse del Libro de Nombres, hasta entonces perdido, por lo que el mismo estaría en alguna parte. Obviamente pensamos que los personajes van a atinar en esta suposición, como lo hicieron siempre hasta ahora.

Pero su viaje se ve interrumpido porque, finalmente, Leti descubre que Hippolyta poseía el extraño planetario que buscan todos y que, probablemente, podría encontrarse en peligro. Leti se comunica con Tic y le dice que Hippolyta claramente está en peligro. No sabemos cómo, Atticus descubre dónde está y la encuentra, rescatándola de dos policías. Todo esto sucede con la duda y las molestias físicas que acontecen a Letitia, y que indican que claramente podría estar embarazada. Esto genera más conflictos para una serie que está bastante desordenada en lo que a tramas y subtramas se refiere.

Como dijimos antes, es una pena que una serie que prometía tanto se vuelva, episodio tras episodio, un producto bastante olvidable. Sus personajes, con grandes interpretaciones, la dirección y el objetivo general de la serie son un gran punto llevado adelante de una manera un tanto mediocre. Con importantísimos nombres detrás, se esperaba algo prometedor un poco más fuerte en cuanto a cuestiones narrativas se refiere. Sin embargo, a siete capítulos (la mayoría de la temporada ya recorrida) ya podemos ver que no será una serie memorable como las que suele tener HBO y que, indiscutidamente, la dupla Abrams-Peele esta vez no está llegando a buen puerto. Aunque todavía nos quedan tres capítulos y todo claramente puede darse vuelta, al día de hoy fueron más los desaciertos que los triunfos. Esperemos qué nos trae el episodio 8 el próximo domingo.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 6 «Meet me in Daegu»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

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¿Qué pasó en este nuevo episodio?

El capítulo anterior nos dejó con muchísimas preguntas y de golpe, este episodio nos introduce a un personaje que, hasta ahora, apareció un par de veces, pero siempre estuvo presente como una gran incógnita. En el episodio 6 de esta extrañísima historia, conoceremos quién es Ji-Ah y, posiblemente, cuál fue ese famoso pasado con Atticus. Para repasar el capítulo anterior podes entrar acá.

Lo primero que vemos es a quien creemos es Ji-Ah (una actuación espectacular de Jamie Chung) en un cine, mirando Meet me in St. Louis, una película estadounidense estrenada en 1944. Es un musical muy alegre que sigue la vida de una familia en 1904 que está especialmente interesada en asistir a la feria mundial de St. Louis. La familia se compone por cuatro hijas entre niñas y adolescentes y mostrará los cambios y lecciones que cada una deberá aprender sobre la vida y el amor. Ji-Ah se pone a bailar en el cine al ritmo de las canciones hasta que vemos que en realidad se está imaginando a sí misma bailar: en su lugar está llorando, probablemente deseando pertenecer a ese mundo. Inmediatamente vemos el nombre del episodio: Meet me in Daegu. Luego, nuestro contexto, 1949 en Daegu, Corea del Sur, unos años antes de donde estábamos situándonos en la serie. Y finalmente la confirmación indudable de que ese personaje es, efectivamente, Ji-Ah.

En esta referencia, que será muy presente a lo largo de todo el episodio, hay muchísimo más que una simple película. Para empezar, Meet me in St. Louis está ubicada 40 años antes del momento en que nos quieren ubicar en la serie y es un musical. El musical es el género totalmente opuesto al planteado en la serie: es un mundo feliz, colorido, donde abunda la música para reflejar expresiones y, particularmente Meet me in St. Louis, donde la amistad, la vida, la familia y el amor son temas muy importantes, recurrentes y triunfantes. Pero principalmente, un género y una película donde el final es necesariamente feliz. La película está en un marco en el que el cine recién llevaba aproximadamente 40 años de gestación, por lo que los finales felices eran importantísimos, sobre todo si analizamos el año en que se estrenó esta película, 1944, cuando estaba terminando una de las guerras más sangrientas e importantes que aconteció en el mundo y la gente necesitaba entretenimiento con estas características.

Para no irnos mucho más por las ramas, Meet me in St. Louis es el ideal de Ji-Ah: una vida estadounidense, colorida, en una familia numerosa que la contiene. Una vida en donde no importa nada más que el triunfo del amor, la amistad, la familia y las cosas bellas. Una vida humana para Ji-Ah. Por eso la vemos llorando e inmediatamente después se genera el paralelismo del título de su película favorita (que, como dijimos, va a ser tan protagonista en el capítulo como ella misma) con el título del episodio: Meet me in Daegu, buscando claramente una coincidencia que no es muy difícil de adivinar, ya que estamos en los años en los que Atticus va a luchar a Corea del Sur.

Luego de la placa de la serie tenemos el capítulo de lleno. Nos muestran lo que al principio parece una Corea del Sur conservadora, con valores ya antiguos pero bien ubicados en el tiempo, de la mano de la madre de Ji-Ah y la propia Ji-Ah: ambas sostienen que lo que puede reivindicar a su pequeña familia en la sociedad es la presencia de un hombre.

En toda la primera mitad del capítulo, Ji-Ah estará buscando ese hombre. Y el capítulo resulta tan inmersivo que por un gran momento nos olvidamos en el contexto de qué estamos viendo esta historia, hasta que aparece algo MUY extraño y fantástico: Ji-Ah no es humana y puede sacar de todos lados de su cuerpo una especie de tentáculos peludos y repulsivos que asesinan personas. A través de ellos puede ver los recuerdos de sus víctimas antes de estrujarlos hasta matarlos. Esto se da en un contexto de intimidad: Ji-Ah encontró un hombre y lo llevo a un momento romántico en su casa, pero para todo lo contrario, ya que cuando están en el medio de un acto sexual, ella saca sus tentáculos y lo aprieta hasta matarlo. Y ahí nos sorprendemos un poquito, pero después caemos de vuelta en la cuenta, con esta transformación extraña, qué es lo que estamos viendo. Igualmente la sorpresa no cesa, porque cuando creemos que se le armó un problema enorme cuando la madre la encuentra desnuda y cubierta de sangre, descubrimos que no: la madre la mira con gesto aprobatorio y le dice “Faltan diez más.”

Después de eso ya está todo más o menos dicho. Más adelante nos enteramos qué extraño bicho es en realidad Ji-Ah, aunque no sabemos muy bien por qué y desde cuándo, pero según la madre no puede tener sentimientos. Obviamente todo eso es hasta que llega Atticus, la única persona por la cual sintió verdadero amor romántico. Pero claro, ella no deja de ser la cosa que es, así que involuntariamente, uno de los encuentros que tiene con él, intenta matarlo. Él se espanta y se va, pero antes de que lo soltara, Ji-Ah pudo ver no solo sus recuerdos, sino que también algunas cosas de su futuro. Y en el futuro está la respuesta al gancho del último episodio, en el que Atticus llama a Ji-Ah tras enterarse descifrar los jeroglíficos de las páginas del libro de Titus. No solo explica el gancho, sino que también explica la relación de ambos y por qué Atticus la recuerda con tanto cariño al mismo tiempo que dice que terminaron “de manera extraña”.

Todo esto, como dijimos al principio, esta encuadrado en un contexto muy preciso como es la Guerra de Corea. Esto, además del contexto, es una crudísima demostración de lo que es la situación de guerra y cómo son las consecuencias de la misma. Además de generar el cruce racial y nacional entre Ji-Ah y Atticus (Corea del Sur con Estados Unidos- Ji-Ah semi cumpliendo su sueño de estar cerca de Estados Unidos, país de Judy Garland). En este aspecto, los creadores nos vuelven a golpear con la realidad, es el porcentaje perfecto para equilibrar la fantasía de las criaturas lovecraftianas. El contexto sociocultural es siempre la manera de que nosotros entremos a la diégesis de la historia con mayor facilidad y podamos recibir el dramatismo desde un punto de vista más humano y realista para poder, a su vez, empatizar de una manera diferente. En Estados Unidos es con el racismo, mientras que en Corea del Sur es con la guerra, que además constituye un elemento fundamental del pasado de Atticus.

Entonces

Ji-Ah es un personaje interesantísimo y el episodio fue, en suma, un capítulo que respondió muchas preguntas, bastante necesario. Lo único que estaría espectacular es que, con ese final, Ji-Ah empiece a formar parte más recurrente de la historia principal y no sea únicamente una anécdota o un deseo. Eso sí, como todo, hay que ver cómo se lleva a cabo. Hasta ahora, dentro de lo verosímil, la serie encaja cada vez mejor.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 5 «Strange Case»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

¿De qué estamos hablando? Podes entrar acá y enterarte de qué trata esta nueva producción de HBO.

¿Qué hay de nuevo?

Considero que estamos frente al mejor episodio de la serie hasta la fecha. En los cuatro anteriores era más complejo decidir entre ellos, porque la gran mayoría consistía de un enjambre de situaciones sin resolver a las que se seguían agregando conflictos y cuestiones sin resolver que volvían endeble a la serie en su conjunto. Hoy, finalmente tras cuatro episodios de una montaña rusa de vulnerabilidades y fortalezas, podemos decir que la serie se está estabilizando.

Si bien, como es natural, podemos ver cosas inconclusas del episodio anterior (como por ejemplo, la investigación paralela que realiza Hippolyta junto a Diana sobre la muerte de George), estaremos de acuerdo en que, sin dudas, el episodio del domingo pasado fue un buen resultado.

Para empezar tenemos dos tramas muy importantes y luego una tercera secundaria pero que importa mucho a la historia en general. La primera es la que sigue a Ruby y William. El capítulo empieza con Ruby como una mujer blanca, probablemente resultado de la relación íntima que ambos personajes tuvieron al final del episodio 4. Ahí podemos suponer que nuestras predicciones del capítulo anterior acerca de la relación de ambos se hace realidad: William la está utilizando para algo en particular, razón por la que despierta como mujer blanca. Después nos muestran que muy probablemente, William sienta algo genuino por Ruby y, si bien el objetivo final es un intercambio de favores, hay decididamente una relación naciente.

Mientras tanto, Ruby es blanca durante el día y negra durante la noche, por una decisión propia. Consigue empleo y puede andar por los barrios de blancos, pero llega un punto en el que su identidad le gana a su deseo de ser aceptada y, como le dice a William, no ser interrumpida por el mundo. Así es que siguiendo el extraño consejo de Christina, Ruby no se deja interrumpir más y acciona. En el medio, Ruby quiere conocer qué hay en el sótano que mantiene tan entretenidos tanto a Christina como a William. Y ya llegando al final, Christina deja al descubierto que estuvo en la piel de William todo el tiempo. La escena final y uno de los momentos “gancho” de nuestro episodio, que debería recuperarse en el episodio que sigue.

La otra gran trama es la de Montrose. Recordemos que en el episodio anterior, Montrose asesina a Yahima, la clave con la que contaban Atticus y Letitia para descifrar el idioma de las páginas de Titus. La única explicación para eso es que Montrose la asesina para proteger a su hijo, nadie sabe aún de qué. Atticus al principio no lo entiende así y lo golpea hasta casi matarlo. Montrose, allí, decide buscar resguardo en un nuevo personaje cuyo nombre no se menciona, pero es su amante. Es una trama muy importante porque Montrose prácticamente no habla ni una sola palabra en todo el episodio, ya que es evidente que necesita consuelo (aunque ese consuelo deba mantenerlo en secreto) y es un momento de interiorización y reflexión para el personaje. Si bien no conocemos las intenciones de Montrose que tranquilamente podrían ser desfavorables para Atticus y su búsqueda, ese el primer episodio en el que nos invitan a entenderlo su sufrimiento y acompañarlo en las decisiones que tomó. Recordemos que el hecho de no saber a ciencia cierta si Atticus es su hijo es un tema que lo martiriza bastante y que, tras la muerte de George, lo persigue incansablemente. Sin embargo, eso no lo justifica en su ocultamiento a los hechos y su accionar con Yahima, por lo que si bien lo entendemos y lo acompañamos, también tendríamos que tenerlo bajo la mira.

Finalmente, la última trama del episodio es la de Tic y Leti, cuyo amor se está volviendo cada vez más fuerte. Atticus ya no sigue solo el camino de descifrar las páginas, ahora lo hace en compañía de Leti y le comparte a ella sus inquietudes. No sólo eso, sino que además tienen un momento en el que esclarecen su relación, siendo Tic el que le informa a Leti que no tiene ninguna duda y quiere seguir adelante con ella. Esta trama también tiene un desenlace, el otro gran “gancho”: Atticus descubre algo de las páginas y se acerca desesperado al teléfono. Quien atiende, luego de la operadora, es Ji-Ah, personaje que apareció en el primer episodio y luego en el segundo, y que Tic le menciona a Leti, ya que aparentemente tuvieron algo durante la guerra. La charla termina con Tic preguntándole “¿Qué eres?”. Ya nada nos puede sorprender en esta serie en la que se mezcla constantemente la magia con la realidad y las criaturas lovecraftianas con los seres humanos.

Muchas tramas quedaron sin resolver y cuestiones muy interesantes que abordar. Ojalá este capítulo haya funcionado para establecer el resto de la temporada y que los capítulos venideros sean más claros y menos endebles. Esperamos, esta vez con más ansiedad e ilusión, el nuevo episodio del domingo que viene.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 4 «A History of violence»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

¿QUÉ PASÓ EN A HISTORY OF VIOLENCE?

Y otro domingo pasa, significa que otro episodio de Lovecraft Country nos deja para hablar desde ahora hasta el próximo lunes. Esta vez nos encontramos con el cuarto episodio de la serie basada en el libro de Matt Ruff, A History of violence.

Nuevamente el título hace alusión directa al episodio, ya que conoceremos un poco más de la historia de Titus Braithwhite, el antepasado de Tic, en la que claramente predomina la violencia y la dominación, aspectos que iremos descubriendo a lo largo del capítulo. Recordemos que Titus es el fundador de la logia “Los hijos de Adán”, una organización que dejó bien en claro sus objetivos en el capítulo 2, Whitey’s on the moon, en el que hablamos en profundidad acá.

En cuanto a contenido, el capítulo parece bastante más ordenado, aunque nuevamente hay un exceso de información importante que probablemente te haga volver atrás para repasar más de una vez. Uno de los grandes problemas no resueltos de la serie en concreto es la forma en la que se da la información. Es tanta y tan nueva que uno espera alguna especie de detenimiento o acompañamiento a lo largo de los hechos, sin embargo muchas veces optaron por escupirla de forma tan rápida al comienzo de los episodios que, al menos al principio, puede que resulte costoso seguirle el hilo.

La trama nos devuelve a lo que creemos, por el momento, que sería la historia principal: el tema de Braithwhite, los Hijos de Adán, Christina y Ardham. En el capítulo anterior comentábamos que se corrieron un poco de lo que parecía ser el camino a seguir, pero pasó exactamente lo contrario: utilizaron el capítulo 3, Holy Ghost, como transición y nueva información para seguir con lo de Ardham en este nuevo episodio.

Este capítulo, A History of violence, por fin parece el de una serie propiamente dicha, al igual que el primero, Sundown, que nos dejaba el cliffhanger servido para luego descubrir en Whitey’s on the moon qué era Ardham y esa mansión rara con gente tan extremadamente blanca. Pero, los capítulos 2 y 3 no dejaron ningún gancho que seguir, y por ende, si bien hubo muchas preguntas, perdía fuerza el hype y la expectativa de ver qué pasa en el siguiente. En este, volvimos a tener ese gancho majestuoso del final (como en el final de Sundown, cuando William recibía a Leti, George y Tic con un cálido y extraño saludo), que nos asegura que probablemente Montrose tenga más que ver en el tema de lo que pensamos. De hecho, en la mitad del episodio, Tic se entera de que su padre, Montrose (que a todo esto aún no sabemos si es o no su padre real) tenía más relación con Samuel (el papá de Christina) de lo que parece. Y esto queda un poco claro con tremendo final…

En cuanto a lo narrativo, si Holy Ghost, el 3er capítulo, tenía una mansión embrujada, A History of violence tiene algo más parecido a Indiana Jones. Los personajes, esta vez la tríada compuesta por Leti, Tic y Montrose, a falta de George, se dirigen al museo de Titus Braithwhite donde creen que pueden encontrar la bóveda en donde encontrarán páginas de un libro muy importante. Finalmente la bóveda está donde se lo imaginaban, con una resolución tan simple que no tuvieron que buscar más. Lo mismo sucedió cuando bajaron: le pegaron al túnel (o eso nos hicieron creer) de una. El camino en el túnel, las trampas y la ambientación responden claramente a la búsqueda del tesoro de Indiana Jones, con el componente mágico y tramposo que exige Lovecraft Country en particular, que remite a la familia Braithwhite. Toda esa búsqueda va a terminar en el asombroso final que, sin duda, nos dejó bien enganchados y enganchadas para el quinto episodio.

LAS RELACIONES

Al mismo tiempo, vemos a Ruby, la media hermana de Leti, buscando trabajo y tocando y cantando en bares mayormente de blancos. En uno de ellos se encuentra con William, con quien mantiene una conversación y luego una relación íntima. Si bien las intenciones de William pueden ser fieles, yo me inclinaría por que no podemos esperar menos que un engaño de parte de William y Christina para llegar a nuestros protagonistas desde un lado oportunista en lugar de verdadero romance. Aunque no podemos negar que la presunta unión entre Ruby y William sería un buen conflicto, sabemos, por los lugares comunes a los que termina cayendo la trama de la serie en general, que lo más probable es que esconda un engaño. Lo descubriremos sin dudas más adelante.

En cuanto a la tríada, Montrose y Atticus están pasando por momentos de gran tensión entre ellos. Tic desconfía de Montrose y su padre claramente les oculta información a propósito. Esto, sumado a la premisa de que George probablemente tenga algo que ver en la paternidad de Tic y que este se está enterando de una presunta relación entre su padre y Samuel Braithwhite, MÁS ese tremendo final, todo va a terminar decantando solo. El arco argumental de estos dos personajes está muy bien construido y su progresión se ve muy bien llevada adelante.

No así lo que sucede con Leti y Tic. La relación de ambos es más brusca, más choque del que debería haber. Por un lado se la pasan peleando, por otro se besan  amorosamente sin mucha razón previa. Claramente esperamos que crezca la relación para un buen puerto, pero ambos personajes son muy distintos: Tic es demasiado duro y orgulloso, mientras que Leti, la verdadera heroína en la historia (intrépida, valiente, hace lo que los demás no se animan) espera demasiado de él. Una conexión interesante es la que se da cuando, al comienzo del episodio, Christina visita a Leti en su casa. Christina le da un consejo en relación a Tic, que parece que quiere acaparar todos los problemas. Esto, más la actitud de Tic llevará a Leti a enfrentarlo más seguido y tenerle menos paciencia. Aunque realmente Atticus se lo merece.

Y por otro lado, tenemos el surgimiento de un conflicto muy interesante. Hablamos de Hippolyta, la esposa de George, a la que algo le huele mal desde el capítulo 2, cuando le explicaron la mentira sobre la muerte de su marido. En este episodio, también al final, Hippolyta se cansa de estar con los brazos cruzados y, sin pedirle permiso, mete a su hija Diana en el recorrido para, supuestamente, obtener respuestas. Trama que plantea un conflicto interesante que esperemos que continúe de manera paulatina y progresiva de ahora en más.

Recordemos que estamos en el cuarto episodio, llegando a la mitad de esta primera temporada que, hasta ahora, trajo más confusiones que placer. Muchas idas y vueltas repletas de información importante y desorganizada. Recién este cuarto episodio resulta más esclarecedor y progresivo, a diferencia del resto, que fueron un enorme mejunje de situaciones sin una aparente conexión entre sí. Como siempre, nos leemos el próximo lunes con el quinto episodio.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 3 «Holy Ghost»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

¿De qué estamos hablando? Podes entrar acá y enterarte de qué trata esta nueva producción de HBO.

¿Qué está pasando con esta serie?

Anoche fuimos testigos del estreno del nuevo capítulo de Lovecraft Country, la serie de HBO creada por Misha Green y producida por J. J. Abrams y Jordan Peele que, sorpresivamente, no está teniendo mucha repercusión, al menos en redes sociales. Y si de audiencia hablamos, tampoco está alcanzando grandes números, como solemos ver en series de un calibre semejante. Quizás tenga que ver con la escasa publicidad que estamos viendo por parte de HBO, recordemos que cuando se trataba de Game of Thrones o Watchmen el canal puso todo su empeño en difundir de manera pareja la publicidad de las dos series. No así, con Lovecraft Country. Aunque es lógico que no depositen toda su publicidad en absolutamente todas sus series (su catálogo está más repleto de lo que imaginamos), Lovecraft Country era una serie que se venía palpitando bastante fuerte, sobre todo por los nombres, Green, Abrams y Peele. Pero además, la propuesta parecía muy tentadora: una típica historia de un héroe (Atticus) que tiene que recorrer un camino para rescatar a su padre y conocer su origen y su destino. A esta trama se le suma el contexto histórico y algunas cositas más: un Estados Unidos repleto de racismo en los años ’50, del cual son constantes víctimas nuestros protagonistas, y una serie de aditivos fantásticos que vienen directo desde la literatura de H. P. Lovecraft. Nada podía fallar.

Hasta el día del estreno muy pocos se enteraron, y ya es poca la publicidad que se está armando alrededor de cada episodio. Aunque en nuestro país tenemos la posibilidad de escuchar un podcast exclusivo que recorre cada capítulo, es claro que no pasará a la posteridad como una de las series más exitosas de HBO. Esto quizás se debe, además de la falta de publicidad, a que hay ciertas fallas en el desarrollo de la misma.

De lleno en Holy Ghost

Hablamos ya sobre el episodio anterior y la característica principal que tuvo: la desorganización. Fue un capítulo con un caudal de información tan grande que, por momentos, pareciera que no pudieron manejar del todo bien. Repleto de easter eggs, Whiteys on the moon nos trajo una trama bastante más disparatada y perturbadora. Nos sumergió de lleno en un pseudo terror mezclado con una fantasía extraña que tuvo claramente sus religiosos tres actos de narrativa. Pero que claramente no entraban en un episodio de no más de 50 minutos.

Este tercer y nuevo episodio nos trae otra cosa. Para empezar, cabe destacar que estuvo muchísimo más organizado en comparación con su antecesor. También sucedió que este episodio muy poco tenía que ver con la historia planteada en los últimos dos. Algo muy similar sucedió entre el primero y el segundo, aunque entre ellos era más sencillo encontrar la unión, ya que uno era indiscutidamente la continuación del otro.

Este, titulado Holy Ghost, nos reencuentra con nuestros protagonistas, solo que un mes después de lo acontecido en Ardham en Whitey’s on the moon, y con una historia bastante nueva. Este episodio será mucho más siniestro, tenebroso y tendiente al terror que los otros, partiendo desde la base de que a Leti le llega una herencia extraña proveniente de su madre que le permite comprar una enorme casa en un suburbio mayoritariamente blanco de Chicago. Aquí vuelve a reflotar el problema del racismo como enemigo fundamental, un poco dejado de lado en el episodio dos entre todo lo fantástico y la búsqueda de origen y tal. Sumado a eso, tenemos el escenario perfecto para una casa embrujada. Así es, si algo le faltaba a esta serie en cuanto a fantasía y terror se refiere, era exactamente esto. Aunque claramente, esperamos más como esto.

Para entender un poco más vamos a adentrarnos en él. Este episodio por completo será atravesado por la visión de Letitia, hasta ahora el personaje más fresco y valioso de la serie. La focalización está claramente en ella. Las consecuencias del episodio anterior aún pueden verse en forma de trauma y de recuerdos: Montrose, Atticus e Hippolyta serán los encargados de recordarnos y rememorar, poco a poco, lo ocurrido en el episodio anterior. Aunque aspectos muy importantes como el origen de Atticus que entonces parecía tan importante, quedarán sepultados, al menos por este episodio.

Pero volviendo a Leti, será ella quien protagonizará esta historia, con la ayuda y el acompañamiento de un Atticus muy frío y distante. Ya lo conocemos, Tic es un personaje duro, frío, distante, reservado. Sin embargo en este episodio es probable que se genere un sentimiento de rechazo un poco más intenso, ya que definitivamente empatizaremos con Leti en todo: su trauma, su origen, su vida, su suerte, sus relaciones, absolutamente todo. Esta vez, será la que tendrá que enfrentar  con su fortaleza, valentía y frescura al racismo que amenaza con su tranquila vida en el barrio.

Al principio todo iría bien, pero a medida que avanza el capítulo vemos como todo alrededor de ella se desmorona, literalmente, ya que va descubriendo los misterios que acarrea esa enorme y desvencijada casa a la que le puso tanto esmero. Y junto a los misterios llegan el terror y las figuras  tan características de Jordan Peele. Todo este episodio fue del estilo más cercano al que plasma Peele en sus películas.

En este sentido hay un pequeño problema: Abrams tiene su marca y Peele tiene otra, y por lo visto no están pudiendo fusionarlas del todo, lo que genera capítulos tan diferentes entre sí como el segundo con el tercero. Si dijimos que Whitey’s on the moon se corría un poco de lo planteado en Sundown, Holy Ghost se corre casi por completo del segundo, a excepción de lo ya mencionado acerca de los traumas y los recuerdos. Tenemos una trama más parecida a lo que venimos viendo en el universo planteado en The Conjuring y todas sus compañeras (The Nun, The Conjuring 2, Anabelle, etc), con el agregado del racismo: una joven entusiasta que compra una casa que planea remodelar, se asienta, la inaugura, y cuando todo está yendo perfecto, descubre que oculta muchísimos misterios que la perseguirán hasta que logre exorcizarlos.

Lo más interesante del capítulo es el final, en el que parece que todo está bien, hasta que vemos esa especie de sótano extraño repleto de esqueletos… Una pregunta que, al igual que en los episodios anteriores, esperamos que se resuelva, aunque ya viene siendo moneda corriente en Lovecraft Country lo de plantar comienzos de tramas que luego no se desarrollan. Si bien eso es interesante, como en este caso, en otros casos queda un poco fuera de lugar y hace que la serie se vuelva confusa y un tanto desprolija en su desarrollo, que no sea progresivo su crecimiento ni natural su desempeño.

Finalmente, cuando creíamos que lo de Ardham iba a quedar en el olvido, Atticus ve el Bentley plateado y todavía nos quedan esperanzas.

En resumen, la serie parece ir fluctuando volviéndose lo más parecido a una montaña rusa que hay. Aún no hay un hilo conductor que una todos los episodios, más que el racismo y la familia de Ardham, y cada episodio parece ser autoconclusivo, a excepción de ese hilo aparente que, esperemos, termine de atar todos los cabos sueltos y unir finalmente la historia. Es el tercer capítulo y Lovecraft Country todavía parece una ensalada gigante. Veremos qué nos trae A History of Violence el próximo domingo.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 2 «Whitey’s on the Moon»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

¿De qué estamos hablando? Podes entrar acá y enterarte de qué trata esta nueva producción de HBO, qué pasó en el primer capítulo y qué hablamos sobre él.

Lovecraft Country, ¿Qué pasó ahora?

Hoy hablaremos un poco sobre el segundo episodio, emitido por primera vez en HBO el domingo 23 de agosto a las 22 horas, horario argentino. El mismo se titula Whitey’s on the Moon, título que, al igual que su antecesor Sundown, tiene un significado literal en el episodio, tan literal que se lo menciona explícitamente.

En la nota sobre el episodio 1, mencionábamos que el cliffhanger que nos deja el final del primer capítulo es tan intenso que esperamos respuestas en el siguiente. Algunas respuestas llegaron, pero a una respuesta encontramos diez nuevas preguntas. Es un capítulo repleto de información nueva. Tanta que incluso puede llegar a agobiar, donde nos meten de lleno en el mundo fantástico de esta nueva serie. El primer episodio funcionó como organización contextual: nos mostraron la época, el lugar y las problemáticas sociales en las cuales se encuentra el grupo protagonista. Poco a poco, junto con el racismo como enemigo, nos mostraron la fantasía, ubicando como otro enemigo a esos perros demogorgianos extraños. Fueron una gran sorpresa en el capítulo, pero ahí finalmente podemos encontrar el aditivo fantástico que nos prometieron para la serie.

Una vez llegados a la mansión de Ardham, en Whitey’s on the Moon, vemos una trama bastante más confusa en muchos sentidos. Es un episodio lleno de easter eggs al estilo de J.J. Abrams, con muchas sorpresas y el tipo de efectos y trama que acompaña producciones como las de Abrams. Como dijimos, nos deja muchísimas más preguntas y profundiza mucho más también en lo fantástico. En este episodio, Ardham es más un pueblo similar a un domo, aislado del resto del mundo (de hecho, si nos remitimos al primer episodio, no aparece en el mapa). Pocos habitantes y todos blancos. Pero lo que importa está en la mansión embrujada en la que nuestros protagonistas tendrán que convivir. El objetivo principal de Atticus sigue siendo rescatar a su padre, y parece el único cuerdo y decidido en irse de allí lo antes posible. Leti y George también tienen esos deseos, pero la magia que caracteriza a los anfitriones de esta mansión los mantendrá hipnotizados un poco más que a Tic, quien se alarma inmediatamente por todas las comodidades de las que disponen.

Además de la fantasía, también podemos ver un poco del terror que la serie pretende suscitar. Recordemos que es prácticamente un homenaje a H. P. Lovecraft, el padre de la fantasía pero también un conocedor del terror. Si bien el terror aparece un poco, se ve bastante opacada por la cantidad de recursos fantásticos que utilizaron: magia, criaturas extrañas, engaños. Definitivamente, explotaron muchísimo el recurso de la magia aplicado en estos extraños anfitriones que parecen perfectos y que, prácticamente, llevan adelante un culto. Al final, era cierto que Atticus volvía a casa ya que él es el descendiente directo de una esclava que habitó en esa casa. El problema es que, si bien los hacen sentir «como en casa», inmediatamente nos damos cuenta de que no están en casa. Responde bastante a un cliché: unos viajeros llegan a una extraña mansión donde los tratan como si nada pero al final, son los malos. Si bien claramente queda mucho por recorrer y descubrir en esta serie, nos resulta imposible no ver esa caída típica de los recién llegados, sobre todo tratándose de un enorme grupo de blancos con actitudes raras y atributos mágicos.

Obviamente también tendremos al personaje de Christina, en quien veremos el arquetipo de la fuerza antagonista que dubita entre el deseo de su familia, en especial su padre, y el deber de hacer lo correcto, que en este caso es ayudar a Tic a reencontrarse con su padre. Una especie de femme fatale extraña que parece querer ayudar a Tic pero que todavía le cuesta correrse de sus raíces.

Y finalmente llegamos al momento de encontrarnos con Montrose. Uno de los momentos quizás más enredados del episodio, junto con el culto que vendrá después, ya que los protagonistas van en su búsqueda (basados meramente por el instinto, ya que no hay ninguna pista concreta que les asegure que puede estar en esa torre de piedra), entran, se enfrentan a una de las pueblerinas que también aparecieron antes y no se entendió mucho su importancia, descubren que escapó y cuando Montrose sale por el otro lado, ellos aparecen ahí. No hubo conectores ni misterio, los protagonistas recorren el pueblo y por instinto descubren que probablemente él este ahí. Y sí, estaba, pero ¿cómo? ¿qué? Un poco eso sucede luego, cuando vemos que se enfrentan nuevamente con estas criaturas mágicas y luego tiene lugar el culto.

Lo interesante de este episodio, es que hay una buena profundización en lo que sería el origen de Atticus, y claramente no se quedará ahí, porque también nos deja muchísimas preguntas. George y Montrose tuvieron una conversación un poco tensa acerca del padre de Tic, y una vez terminado el culto, Hannah, la esclava de la cual desciende, lo ayuda a salir de la mansión en llamas, un mensaje interesante sobre lo que podremos llegar a esperar de sus orígenes. Pero en fin, el capítulo en sí resulta una mezcla de muchas cosas y parece como si hubieran querido meter una hora y media de película en un episodio de 40/45 minutos, cosa que ya sabemos que funciona no tan bien.

Las nuevas caras de Lovecraft Country

Sumados a los personajes del primer episodio, ahora conocemos a nuevos personajes encarnados por nuevos actores: Michael Kenneth Williams es Montrose, Abbey Lee es Christina Braithwhite, Jordan Patrick Smith es William y Tony Goldwyn en la piel de Titus Braithwhite. Además veremos a Jamie Chung en el hechizo de Atticus y a Erica Tazel como Dora en el de George.

Veremos qué nos espera en el siguiente episodio. Sobre todo esperamos que sea un poco más progresivo y con algunas respuestas sobre la dirección de este programa, porque en el primer episodio fueron para un lado, y en el segundo pareciera que fueron para el otro. Será cuestión de tiempo.

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La nueva promesa de HBO: «Lovecraft Country» ep 1 «Sundown»

El domingo 16 de agosto, a las 22 horas, empezó Lovecraft Country, la nueva promesa de HBO. Sale al igual que en su momento lo hacía Game of Thrones (hoy sucede con Perry Mason, Batwoman, etc): primero en el canal a la hora programada y luego directo a HBO Go o Cablevisión Flow. Todos los domingos a las 22 horas podrán disfrutarlo, y a las 23 horas se repite por el canal, así que también pueden verlo en ese horario.

¿QUÉ NOS TRAE DE NUEVO HBO?

Lovecraft Country es una serie basada en el libro homónimo escrito por Matt Ruff, aunque inicialmente como adaptación respeta grandes rasgos y modifica algunos detalles. La historia nos sitúa en los años ’50, en una Estados Unidos extremadamente racista y segregada. Específicamente, Ruff nos ubica en 1954, en el período previo al movimiento por los derechos civiles que dio fin a la segregación en el sur de E.E.U.U. y en la guerra de Vietnam y de Corea. De hecho, nuestro protagonista, Atticus Freeman, es un joven veterano de guerra que volvió a Chicago para buscar a su padre que hace dos semanas que desapareció. En este camino, que Atticus recorrerá junto a su amiga Letitia y su tío George, se encontrarán con algunos de los monstruos más icónicos que Howard Phillips Lovecraft escribió hace un poco más de un siglo.

En este contexto de segregación, se desarrolla el primer enemigo de Lovecraft Country: la sociedad racista norteamericana. Actualmente, ver cualquiera de las situaciones que tienen que atravesar los personajes solo por su color de piel, nos parece atroz e inconcebible. Pero Ruff hace de este racismo un enemigo argumentativo de vital importancia. Todo este primer episodio se basa casi totalmente en el racismo, hasta que se hace presente un monstruo similar al Demogorgon de Stranger Things y el género fantástico que caracteriza la historia, queda sellado.

LOS TEMAS EN LOVECRAFT COUNTRY

El episodio comienza con una secuencia un tanto bizarra, en la que vemos a las distintas criaturas de Lovecraft, incluido el mítico Cthulhu, accionando en un campo de guerra donde hay explosiones, OVNIS y un Atticus Freeman un poco desorientado. Al poco tiempo nos damos cuenta de que es un sueño, pero podemos tomarla como una especie de resumen de lo que sería la serie en sí misma. Cuando Atticus despierta, vemos los primeros indicios del país segregado que nos van a mostrar en el resto del episodio: está dormido en la parte de atrás de un autobús junto a una mujer. La cámara se va alejando y encontramos que el micro se divide en dos por un cartel que separa la sección donde pueden viajar los negros de la sección donde pueden viajar los blancos. El micro se rompe y quedan varados en la ruta. La ayuda que llega sólo está disponible para los blancos, por lo cual tanto Atticus como la señora tienen que caminar hasta Chicago. Toda esta primera secuencia es, también, un resumen de la serie: la segregación como el otro principal enemigo.

De allí en adelante tendremos distintos guiños a la época, como la guía de viajes seguros para negros (en la vida real es el “Libro Verde”, pueden ver Green Book para entrar más en el tema), un libro que funciona de guía para los negros y contiene los lugares donde pueden detenerse a comer o a descansar en la ruta y serán bienvenidos. En 1954, el año donde se sitúa Lovecraft Country, ese libro aún está en desarrollo, a cargo del tío de Atticus, George. George vive junto a su mujer y su hija en un barrio “para negros”, que será el escenario que veremos hasta que decidan ir en busca de Montrose, el padre de Atticus. Allí también encontraremos un guiño muy interesante a Do the right thing, de Spike Lee. Recordemos que la serie tiene como productor ejecutivo a Jordan Peele, un director en ascenso sumamente comprometido con la causa del racismo que retrata a la perfección en sus dos películas de terror: Get out y Us. Este dato no es menor, ya que junto a Spike Lee tienen causa común. Peele produjo BlacKkKlansman, el filme que ganó el Oscar a Mejor Guion Adaptado en 2019, el mismo año que ganó Green Book Mejor Película. Todo esto para revelar que probablemente la secuencia en la que los niños y jóvenes estaban en la calle jugando con el agua para matar el calor, sea una referencia a Do the right thing, la película de Lee situada en el mismo lugar y donde el calor es un personaje muy importante.

Poco a poco, estas referencias y situaciones típicas de los barrios en donde vivían los negros en los ’50, serán recurrentes, llevando el racismo a un primer plano. De hecho, el capítulo se llama Sundown en honor a una de las mejores secuencias del episodio, en donde los tres protagonistas, Atticus, Letitia y George, ingresan a un condado donde hay segregación luego del anochecer. El sheriff les explica que deben dejar el condado antes de la puesta de sol, en exactamente 9 minutos. A partir de ese momento se da una persecución tensa, interesante y atroz a la vez, entre el oficial y los protagonistas, que huyen de la muerte que les prometió el policía si se quedaban más de la cuenta en ese lugar.

Finalmente, el capítulo termina con el tipo de cliffhanger que caracteriza los productos de J. J. Abrams, otro de los principales productores ejecutivos del programa. Los protagonistas llegan a Ardham, luego de una noche intranquila y extraña junto a los monstruos de Lovecraft y un enfrentamiento muy fuerte con el racismo. Asisten a una gran mansión, donde los recibe el personaje más ario sobre la faz de la tierra: un joven rubio, muy blanco y de ojos azules que le dice a Atticus “Te estábamos esperando. Bienvenido a casa”. El gancho espectacular que nos dejará pensando en todas las preguntas que tenemos, de las cuales esperamos alguna mínima respuesta, el próximo domingo a las 22.

EL REPARTO, LOS PERSONAJES Y EL STAFF

Ya mencionamos a algunos de sus productores, los más estelares son Jordan Peele y J. J. Abrams, que le dan una estética que ya conocemos y le darán el tono que nos acercará como espectadores. Junto a ellos, los acompaña Misha Green también como productora ejecutiva, y como showrunner  y guionista. Y en el elenco tenemos a varios talentos no tan conocidos: Jonathan Majors como Atticus, Jurnee Smollett como Letitia, Courtney B. Vance como George Freeman, Aunjanue Ellis como Hippolyta y Wunmi Mosaku como Ruby Baptiste. Todos actores muy buenos que llevan adelante personajes que recién conocemos pero ya nos resultan entrañables: la empatía con Letitia, George y Atticus se genera casi al instante de verlos en acción. Letitia y Atticus son explosivos frente a la personalidad conciliadora de George, y eso los hace a los tres convertirse en personajes con los que se puede empatizar fácilmente. Claro que esto está soportado por otras cuestiones de la trama, como la relación de George con su familia, la de Letitia con la suya y su espíritu libre y la de Atticus con su necesidad de encontrar su origen. Todo esto sumado al hecho de que son víctimas del racismo, lo cual genera un enojo hacia la sociedad que los violenta y genera todavía más empatía con su causa.

Esto es lo que pueden encontrar en Sundown, el primer episodio de Lovecraft Country, una serie que promete mucho desde su base argumental y que, desde luego y conociendo HBO, valdrá la pena.

Todos los domingos a las 22 por HBO y luego por HBO Go. Si lo vieron, ¿nos cuentan?