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Lo que nos dejaron los Oscars 2020

La noche del pasado domingo 9 fue una noche cargada de corrección política, emoción y sorpresas. El Dolby Theater de Los Ángeles fue una vez más escenario de una de las entregas de premios más importantes del mundo cinematográfico. Sabiendo que a la industria fílmica la conforman muchas personas, grandes estudios, producciones independientes y plataformas de OnDemand, la Academia viene cumpliendo con una propuesta destinada a erradicar molestias y caras largas: repartir premios entre la mayor cantidad de producciones posibles.

Parasite

Si algo tiene de especial esta edición es que quedara en la historia por ser la primera en la que un film obtuvo las estatuillas como Mejor Película Extranjera y Mejor Película. «Parasite» logró lo que no pudo Roma el año pasado.

Bon Joon-ho, el realizador surcoreano, no solo se llevó ambos premios entrando en la historia grande del cine, sino que además ganó como Mejor Director (merecidísimo por su virtuosismo) y el reconocimiento a Mejor Guión Original, por su guion que fusiona géneros, sorprende y emociona.

«Parasite» no solo es una excelente película, sino que también un fenómeno fílmico que acercó al gran público a una cultura y a un cine destinado hasta hace poco a los festivales y salas de cine de autor. Por eso, podemos decir que se da un antes y un después a este reconocimiento en el país en donde las películas extranjeras sólo llegan al gran público en forma de remakes originales. Ojalá este suceso pueda abrirle las puertas a una nueva época donde los filmes exóticos y con subtítulos logren tener un lugar en las salas de las cadenas de cine y un reconocimiento masivo.

Actores, la olvidable y lo seguro

Las categorías de actuación no sorprendieron ya que los ganadores se repitieron en toda la temporada de premios y algunos ya estaban incluso cantados. Joaquín Phoenix se llevó a su casa el Oscar por su labor en “Joker”. Brad Pitt como Mejor Actor de Reparto por su interpretación de doble de riesgo en “Once Upon a Time… in Hollywood”. Renné Zellweger como Mejor Actriz por su caracterización sentida de Judy Garland en “Judy” y Laura Dern como Mejor Actriz de Reparto por su labor en “Marriage Story” como una abogada implacable.

En cuanto a guión, se premió la suave y olvidable incorrección al darle la estatuilla como Mejor Guion Adaptado a “JoJo Rabbit”, una fallida comedia negra ambientada en la Alemania nazi en la que un niño tiene como amigo imaginario a Hitler. Al enorme film de Quentin Tarantino, “Once Upon a Time… in Hollywood”, lo complacieron con Mejor Diseño de Producción por su estética y recreación de Los Ángeles de fines de los sesenta.

Por primera vez en Mejor Película Animada hubo una reñida pelea entre la tradición enmarcada por la presencia de “Toy Story 4” y las opciones más independientes y frescas como “Klaus” o “Sr. Link”. Pero, los miembros de la Academia pensaron que ya era suficiente con algunas sorpresas y fueron a lo seguro dándole el Oscar a la secuela del clásico de Pixar.

Lo técnico también importa

En los segmentos técnicos hubo lugar para contentar a varios. La Mejor Fotografía fue para “1917”, Roger Deakins hizo una labor espléndida con su cámara, en un filme técnicamente complejo que no tenía otra cosa que dar. El film de Sam Mendes también obtuvo el Oscar a Efectos Visuales y a Mejor Mezcla de Sonido, pero no el de Edición de Sonido (algo muy raro) que se lo llevo “Ford v Ferrari”. El largometraje sobre la contienda entre Ford y Ferrari en Le Mans 66 también se llevó Mejor Edición.

“Little Women”, otra injusta olvidada dirán algunos, se llevó Mejor Vestuario. “Bombshell” se quedó con Mejor Maquillaje y Peinado, una sorpresa en un rubro donde se suele premiar a películas de fantasía o época en donde se lucen las prótesis y los apliques.“Joker”, la más nominada, al final de la noche sólo pudo alzarse con otro Oscar a Hildur Guðnadóttir por su banda de sonido. Puede llegar a sonar poco teniendo en cuenta el impacto que el filme de Todd Philips tuvo en los espectadores.

Algunas reflexiones

Como siempre el momento más emotivo fue aquel recuerdo a las estrellas que ya no están, un épico in memorian acompañado por la voz de Billie Eilish y que fue coronado por la figura del eterno y recientemente fallecido Kirk Douglas como símbolo de una era dorada que Hollywood siempre busca recrear y volver.

Una vez más la meca del séptimo arte vibró al ritmo de una fiesta plagada de mensajes subliminales y explícitos, que, así como presentó una apertura inédita también dejó en claro que aún no digiere la presencia de Netflix en el juego, el estudio más nominado y también el más perdedor de la ceremonia.

Ahora, habrá que esperar un año para reencontrarnos con una nueva noche de gala y confirmar si el cambio que tanto piden las celebridades sucede o si ellos mismos interpelan para que suceda.